Placeres: Nabia

polaroid

Toi e moi, toujours. 

De una escapada campestre de fin de semana en coche desde Madrid aprendo muchas cosas:

1. Que la Sierra de Gredos es para visitarla y revisitarla. El paisaje es espléndido.

2. Que los rollitos de cecina con membrillo es algo delicioso.

3. Que las migas, plato manchego donde los haya, o se come a dos o no se come.

4. Que incluso cuando el destino es el campo, en el bolso hay que hacer hueco para un par de buenos tacones. ¡Nunca se sabe dónde puede surgir la fiesta!

5. Que en Ávila hay muchas manzanas y el queso rico es fresco y de cabra.

6. Que la niebla es el estado perfecto para hacer confesiones, como la lluvia lo es para (hacer) el amor y el sol para el ‘after’.

7. Que los hoteles rurales maridan maravillosamente bien con esa cesta de picnic que nos regalaron y nunca habíamos usado, donde meteremos cualquier cosa que se pueda comer con los dedos en la cama en las dulces horas que separan el desayuno de la cena. Y por supuesto vino y champagne.

8. Que la Meseta estuvo habitada hace 2.500 años por los vettones, señores de campos y ganados, cuya diosa de los valles selvosos, del agua y los ríos, los bosques y los montes, Nabia, da nombre a uno de los mejores hoteles rurales donde he tenido el placer de hospedarme últimamente.

Vistas panorámicas desde la habitación a la Sierra de Gredos y el Tiétar, baño de mármol con bañera y albornoz, masaje bajo petición en la habitación, un refrescante jardín a 820 metros de altitud para dar un paseo al atardecer disfrutando de la lana sobre la piel, comer, leer, besarse, dormir… El placer de no hacer nada: el placer de viajar.

www.hotelnabia.com